RELIGIÓN Y MITOLOGÍA ROMANA
La mitología romana se basaba en creencias religiosas antiguas, en las que los dioses ayudaban a la gente mediante ritos y cultos.
Tenían dioses autóctonos, Indigetes, conocidos como indígenas, entre los cuales nos encontramos con: Júpiter, que era el padre de todos los dioses; Vesta, protectora del hogar y la familia.
Los romanos adaptaron los mitos y leyendas griegas a las suyas, es decir, cada dios griego tenía un equivalente en romano. Los cambiaron el nombre e incorporaron dioses orientales como Cibeles y Mitra.
Cada dios protege a un mundo, y cada uno de ellos tiene símbolos que los diferencian del resto. Además, es fácil identificarlos por atributos que los acompañan en su representación.
Veamos algunos ejemplos:
-Neptuno: gobierna el mar, terremotos y tempestades. Su representación, lleva un carro en forma de caracola, animales y un tridente.
-Juno: esposa de Júpiter, protege los matrimonios y los partos, en su representación lleva una diadema y un pavo real.
Así cada uno de ellos;
La religión romana formaba parte de las obligaciones de un ciudadano romano. El culto lo hacían de formas diferentes a través de peregrinaciones, limosnas y ofrendas a los dioses. También practicaban distintos tipos de culto:
-El doméstico, el padre de cada familia hacía de sacerdote y tenían un santuario en casa llamado Larium.
En él adoraban a 3 divinidades; Los Lares, dioses que protegían su hogar. Los penates, genios protectores de su abastecimiento y almacén en el hogar; y Los Manes, eran los espíritus de los antepasados.
El público, lo hacían los sacerdotes, el más importante era el Pontifex Maximus que se encargaba de elaborar el calendario y registras hechos importantes (inicio y fin de una guerra, triunfo en batalla…).
Otro tipo de culto era el Imperial, en el que se adoraba a uno o varios emperadores, que se les consideraba semidioses cuando morían.
PONTIFEX MAXIMUS
La religión romana se caracterizaba por ser politeísta (creían en varios dioses), tenían 3 dioses principales (Júpiter, Juno y Minerva) que formaban la tríada capitolina, y el templo dedicado a la adoración de los mismos era el capitolio.
Los templos romanos tenían en su entrada un podio y una escalinata a diferencia de los griegos.
Y por último el culto siempre se hacía en templos y los ritos eran sacrificios de animales.
Los romanos eran muy tolerantes, con las religiones de los pueblos que conquistaban, porque permitían mantenerlas, hasta el punto, en el que ellos mismos rendían culto a los dioses de esos pueblos conquistados.
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